Otro día esperado. Se venía el clásico de Ramos Mejía, el cual prometía ser una fiesta en el Rancho Garden. La hinchada estaba ahí al pié del cañón, fiel, todos y cada uno de los hinchas mirándonos con expectativas, las mejores.
El comienzo fue a a todo ritmo y así subió la adrenalina de entrada en las colmadas tribunas.
Estudiantil Porteño empezó con el pie derecho, con mucha presión y un gran porcentaje en sus lanzamientos. Ramos jugó y dejó todo, eso no se puede discutir, pero el rival resistió con coraje y en permanente búsqueda de la llegada al aro para anotar. Esta vez no se nos dió, faltó ese toque de "magia" que el Rancho nos tiene acostumbrado.
Por momentos nos superaron en resistencia física, quizás porque nos conocen demasiado. Esta vez pudieron ganarnos, y esta vez sí tuvieron hinchada que los alentó. Nuestra tribuna estuvo repleta, como en todo el torneo, y con cada vez más adeptos. Gritó desde el primer momento, mostró su fidelidad por los colores.
Estamos orgullosos de este equipo que todavía tiene mucho para mostrarnos, así lo creemos, y así deseamos verlos a todos en la cancha el próximo miércoles.
Esta derrota nos silenció por un rato, pero nuestra pasión sigue intacta. Será por eso que ayer más que nunca nos costó abandonar el club. Quizás sea la muestra de los hinchas para decir: "Acá estamos y seguimos haciendo el aguante", como los “Buenos Amigos”, esos que están en las buenas y en las malas. Por eso aquí seguiremos, alentando siempre.
Por Carolina Brito.
La hinchada de Ramos apoyó al equipo en todo momento. |
Estudiantil Porteño empezó con el pie derecho, con mucha presión y un gran porcentaje en sus lanzamientos. Ramos jugó y dejó todo, eso no se puede discutir, pero el rival resistió con coraje y en permanente búsqueda de la llegada al aro para anotar. Esta vez no se nos dió, faltó ese toque de "magia" que el Rancho nos tiene acostumbrado.
Por momentos nos superaron en resistencia física, quizás porque nos conocen demasiado. Esta vez pudieron ganarnos, y esta vez sí tuvieron hinchada que los alentó. Nuestra tribuna estuvo repleta, como en todo el torneo, y con cada vez más adeptos. Gritó desde el primer momento, mostró su fidelidad por los colores.
Estamos orgullosos de este equipo que todavía tiene mucho para mostrarnos, así lo creemos, y así deseamos verlos a todos en la cancha el próximo miércoles.
Esta derrota nos silenció por un rato, pero nuestra pasión sigue intacta. Será por eso que ayer más que nunca nos costó abandonar el club. Quizás sea la muestra de los hinchas para decir: "Acá estamos y seguimos haciendo el aguante", como los “Buenos Amigos”, esos que están en las buenas y en las malas. Por eso aquí seguiremos, alentando siempre.
Por Carolina Brito.
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